Siente la furia,
mi hermano.
(Ya siento tu grito de libertad).
Alza tus manos en alto,
bríndate al cielo,
una vez más.
Canta con fuerza
sobre la historia
de tus ancestros,
canta con fuerza
sobre el regalo
de la vida.
Ríe con fuerza,
mi hermano,
que a la risa
aún no la pueden comprar.
Lucha por esta tierra,
que nos brinda
la alegría,
no te rindas mi hermano,
que yo lucharé a tu lado.
Levanta la bandera
de los pueblos
que en los pueblos
nace la esencia
de la libertad.
Que nunca callen tu voz,
mi hermano.
Enseña a tus hijos
a nunca abandonar
sus sueños
y muestrales tu entereza
al pelear por un futuro de paz
en el que el sol
salga por la mañana
y a nadie debas llamar «amo».
Un futuro
en donde las fronteras
no existan,
un futuro en el que no reine
la avaricia,
un futuro
en donde el mayor tesoro
sea aprender a amar.
Palabras Malas 